2011-01-09

2011 año de los Bosques (no de los parques)

Por Mario Quevedo

Vaya, qué tendrán de malo los parques, pensará alguno. Pero no es ésta una cuestión de malos y buenos. Es  una cuestión de precisión, y de transparencia.

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado 2011 Año Internacional de los Bosques. En general, estas declaraciones me parecen poco más que una estrategia de mercado, poco más que una vuelta de tuerca en la burocracia. Quizás mi escepticismo se deba a mi desconocimiento de las bondades asociadas a las mismas.

En cualquier caso, aprovecho la declaración para incidir en la diferencia entre bosques y parques. ¿Trivial? ¿Obvio? A mi no me lo parece, a la vista del paradigma del manejo perpetuo, típico en el entorno europeo occidental.

Un bosque es un ecosistema cuya característica distintiva es contar con una notable cubierta arbórea; los arboles son los productores primarios más importantes en tal sistema, los intermediarios entre la energía solar y la atmósfera, y los consumidores primarios o herbívoros.

Esos herbívoros asimilarán parte de la producción primaria, de la materia vegetal ingerida, y la destinarán a crecer y reproducirse. Algún carnívoro asimilará una pequeña parte de aquella producción primaria original, tras comerse a algunos de esos herbívoros, y la destinará a su vez a crecer y, si tiene suficiente, a reproducirse. Herbívoros y carnívoros utilizarán para esas asimilaciones su metabolismo, devolviendo buena parte de materia y energía al ecosistema a través de la excreción de los desechos del mismos y, al final de sus vidas, de la descomposición y mineralización de sus cuerpos.

Ese proceso a múltiples bandas, groseramente resumido, es necesario para tener un bosque. Para tener un parque sólo necesitamos los árboles. Bueno, quizá también unos bancos de madera, y un estanque.

Ya se que bosques y parques completamente urbanos no se confunden fácilmente. La confusión, real o interesada, surge cuando media la explotación - del tipo que sea - de los bosques.


Partamos de un bosque primigenio, con su comunidad intacta de productores, consumidores, carnívoros, detritívoros, todos ellos sometidos a la regulación de sus poblaciones por la disponibilidad de recursos, la competencia y la depredación. Ahora añadamos en un entorno cercano una población que no depende del bosque para crecer y reproducirse, quizá porque tiene un supermercado, pero que retira la madera del suelo del bosque; la famosa madera muerta. Resulta que con esa madera muerta están retirando los nutrientes que en caso contrario volverían al suelo, pasando a disposición de las plantas. Con esa madera muerta están retirando consumidores y detritívoros esenciales para que aquel bosque primigenio original siga siéndolo.

Si del sistema forestal se sustraen parte de la materia y energía, si se cortocircuita alguno de los mecanismos de intercambio y reciclado de nutrientes, los productores primarios sostendrán menos individuos de las especies de herbívoros; estos a su vez sostendrán menos individuos de las especies de carnívoros presentes en el conjunto original. Si la alteración es importante, la pérdida de individuos implicará la desaparición de especies. Energéticamente es posible que los primeros en caer sean los carnívoros, o aquellos herbívoros más especializados.

Sean cuales sean los primeros en partir, el bosque primigenio no lo será tanto; será un poco más parque.

He utilizado la retirada de madera del bosque sólo como ejemplo; otras muchas actividades, tradicionales o no, justificadas o no, contribuyen constantemente a desvirtuar los bosques; a dejar híbridos entre el bosque que sería y el pseudo-parque que a menudo es.

Una de mis irritaciones favoritas, "limpiar el monte", desbrozar. En términos ecológicos, implica retirar individuos de especies que no están en la comunidad forestal por casualidad, retirar cantidades ingentes de nutrientes, retirar soporte vivo a los suelos de las montañas, esos que son permanentemente reclamados por la gravedad que vive en los valles.

Otra actividad ajardinada, frecuente también en nuestros lares del mundo occidental: la eliminación de los carnívoros. Sin ellos, se produce un desbalance entre productores primarios y herbívoros capaz de cambiar de forma notable la comunidad vegetal y, por consiguiente, el resto del ecosistema. Ese cambio del ecosistema forestal no suele estar previsto - por razones más allá de la comprensión en 2011 - por el impulsor de la medida. Surge por tanto la necesidad de otras medidas correctoras, dando lugar al bucle indefinido del manejo.

¿Bosque, parque, pseudo-parque? Pues depende para qué. Eso si, lo menos que se puede pedir es que se le llame a cada uno por su nombre.
   

1 comentario:

  1. Hola Mario, también habría que aclarar la diferencia entre bosques y plantaciones, ya que los maderistas y empresarios del papel tienden a confundir a la gente llamando bosques a las plantaciones de pinos o eucaliptos, sin que evidentemente lo sean, ya que son un cultivo mas, como un maizal o una plantación de girasoles.
    un saludo

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Mario Quevedo